La ansiedad es probablemente la más común y universal
de las emociones y está presente a lo largo de la vida de todo
individuo. Cuando se emplean términos como nerviosismo, inquietud,
inseguridad, angustia, tensión, miedo o temor, nudos en el estómago, falta de
respiración…se está haciendo referencia a la experiencia de ansiedad.
Es el
primer trastorno psicológico en incidencia del mundo, por encima de la
depresión… Alrededor de un 14 % de las personas padecerán un trastorno
de ansiedad a lo largo de la vida, incluso los niños que hasta los 18 años de
edad, pueden padecerla en un porcentaje tan alto como del 45%
La
ansiedad la definiríamos como la sensación de un peligro o amenaza que
a veces no es real, con la consiguiente respuesta de alerta de nuestro
cuerpo, y mente , que se activa y produce alteraciones físicas y psíquicas.
La
inseguridad es una de las causas más importantes de la ansiedad y por ello
los niños que son mucho más dependientes pueden padecerla con frecuencia…
hablaremos de la ansiedad infantil insistiendo en un trastorno muy común que
muchas madres reconocerán: el trastorno de ansiedad por separación:
Para darse el
trastorno hacen falta al menos tres o más síntomas de los siguientes:
· Malestar excesivo
cuando se separan del hogar o de los padres.
· Cuando estan separados,
miedo a que sus padres sufran algun daño .
· Miedo a perderse y no
reunirse más con sus padres , a ser secuestrado por ejemplo.
· Resistencia o negativa
a ir al colegio, a separarse de su casa, ir a casa de un amigo.
· A veces son incapaces
de estar solos en una habitación si no está el padre o la madre con lo que
suelen convertirse en su sombra a lo largo de toda la casa.
· Problemas para dormir
solos y tienen que hacerlo con la madre.
· Constantes pesadillas
con contenido de pérdida de las figuras de su familia.
· Cuando se anticipa una
separación frecuentes quejas físicas, dolores de estómago , de cabeza,
naúseas y vómitos…
Estos
niños suelen proceder de familias con miembros muy estrechamente unidos, y
puede aparecer después de un hecho estresante, fallecimiento o enfermedad de
un familiar, cambio de casa o de escuela, etc. También puede ocurrir en
familias con violencia entre los cónyuges con el consiguiente miedo a perder
a uno de los dos y ante otros diferentes acontecimientos vitales que el niño
viva como estresantes. A veces también pueden aparecer crisis de pánico, casi
como las de los adultos, con somatizaciones (dolores de cabeza,
palpitaciones, mareos, vista borrosa) y disnea (dificultad para respirar) que
suele cursar con llanto y desasosiego
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