Páginas

La tartamudez, un problema del que debemos hablar.

El ser humano nace, crece, se alimenta, se reproduce y muere. No, antes de todo eso debe comunicarse, nos comunicamos con los otros para hacerles saber que necesitamos alimento, que tenemos frío o que nos atraen sus ojos como nunca dos globos oculares lo habían hecho antes. Pero, ¿Qué ocurre cuando esa comunicación falla? ¿Y si la persona no es capaz de articular palabra o de hacerse entender? Esto es lo que le pasa cada día al 1% de la población mundial que sufre disfemia, también conocido como tartamudez y no entiende la comunicación como un medio para realizarse como persona, según la Asociación Española de Logopedia. Para ellos el simple hecho de decir su nombre se convierte en el suplicio diario que les recuerda su enfermedad.
Un grito de ayuda surge de la entrevista realizada a Adolfo Sánchez, presidente de la Asociación Española de Tartamudez en El Mundo, que nos alerta que solo en España hay unos 800.000 ciudadanos que sufren esta enfermedad. Existe un grave contratiempo con la gente que tartamudea, sobretodo en niños, ya que es uno de los problemas de los que aún está permitido burlarse. “Siempre había alguien que se reía de mí en clase, cuando me tocaba leer en público me trababa al contestar una pregunta”, nos cuenta Guadalupe Martín, una niña que sufre de esta dificultad.

Publicat a: www.vavel.com